miércoles, 18 de octubre de 2017

Capítulo Final

From Galicia to the States: Pongámosle un punto y a parte 18/10/2017

Hace aproximadamente un año y medio desde que me fui de USA. Y este blog, que debería haber terminado con una preciosa entrada de despedida llena de clichés, se ha mantenido inacabado todo este tiempo. No sé si fue Bachillerato y la falta de tiempo libre. No sé si fue la pereza. No sé que fue.

Lo que sí sé es que hoy por la mañana no me apetece estudiar Teoría del Derecho (que para el que no lo sepa, soy estudiante de primero de carrera de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Salamanca) y que en uno de estos momentos absurdos en los que decides buscarte en Google, el primer enlace que vi fue este. From Galicia to The States cruzándose de nuevo en mi camino. Ahí estaba USA negándose a echarse a un lado de mi vida de una vez por todas.

En un ataque de ingenuidad, y tras varios intentos de recordar mi contraseña de Blogger, me encuentro delante de una página en blanco dispuesto a contaros -o contarme, tampoco estoy tan seguro- por fin, como se vive la vuelta.

En parte no he podido hacerlo antes porque en ocasiones creo que no había vuelto del todo hasta hace poco, y explico por qué. Volver -palabra a la que cualquier Exchange Student tiene animadversión- se compone de 5 fases, las mismas que las de la pérdida de un ser querido.

Negación- Cuando subes las escaleras mecánicas del Des Moines International, te niegas. Te niegas a que esto ocurra. Te dices a ti mismo una y otra vez que esto no es real, que no estás de camino a casa. Que por la mañana te despertarás y seguirás en el basement del 1519 de East 9th street. Pero no es cierto. Te pese o no estás volviendo a tu casa, con tus padres, con tus amigos y no hay nada que puedas hacer para remediarlo. 

Ira- Y estás destrozado, porque te das cuenta de que es cierto, y de que no puedes cambiarlo. Y quieres gritar, tienes muchas ganas de gritar y de enfadarte con quien te haya hecho esto, porque no te queda nada. Porque en tu mente este es el final de lo que ahora es tu vida, y no haces más que obcecarte.

Negociación- Entonces llega el verano. Comienzas a salir con tus amigos y a disfrutar. Aceptas la situación, hasta cierto punto. Intentas mantener contacto con la gente de allí sin malgastar el tiempo que tienes aquí. Te niegas a renunciar a una de las dos realidades, porque las dos te gustan. Porque las dos son tu vida. Y porque sinceramente piensas que vivir aquí y allí a la vez es factible. Pero no lo es.

Depresión- Cuando llega el curso te das cuenta de que es inviable. Cada vez hablas menos con tus grandes amigos americanos. Estás en clase y te acuerdas de East High School. Te acuerdas de no tener que estudiar, de lo sencilla que era la vida en Iowa. Y te entristece pensar que ya nunca será así. Estas triste porque sabes que lo estás perdiendo. Sabes que lo has perdido.

Aceptación- Y lo aceptas. De verdad llega un día en el que lo aceptas. El día en el que USA deja de representar en tu vida un elemento central. Ahora es una pieza más, una de las más importantes, una que te ha marcado, pero no es, bajo ningún concepto, lo que te define. Sabes que eres mucho más, sabes que te quedan mil viajes y experiencias parecidas. Aceptas que los que en algún tiempo fueron como hermanos ahora sean recuerdos. Y no sufres, es más, te alegras. Te alegras porque sabes que los recuerdos no desaparecen, y las amistades sí. Te alegras porque estás preparado para pasar página. Estás preparado para salir y explorar de nuevo, y para evolucionar. Para progresar.

No me cansaré de repetir lo bueno que fue mi intercambio. Pero creo que va siendo hora de darse cuenta de que tan buena fue la experiencia como los posos que ha dejado en mi. A veces me pregunto si lo que más me ha marcado fue la estancia o la vuelta. No sé, supongo que fue el todo


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