jueves, 13 de agosto de 2015

Capítulo 13- Where The Streets Have No Name

From Galicia to The States: Bienvenidos todos a la tierra de los sueños 13/08/2015

Sí, lo se, muchas entradas en muy poco tiempo. El viaje está siendo muy intenso y es imposible condensarlo todo en una sola.

Despues de escribir la anterior, Gema, Lore y yo nos fuimos a comer (""'comer""") un sandwitch chuchumido de una máquina de la T2, haciendo tiempo para la hora del vuelo. Y aunque parezca mentira, no estaba tan malo.



El vuelo a NY fue largo. Muy largo. Demasiado. Pero fui incapaz de dormir un solo minuto, así que estuve conversando con Zaida, Lore, Gema, Richi y demás. Cuando llegamos al JFK, los de CIEE estaban allí esperándonos. Muy majos ellos. Nos subieron las maletas al bus y todo. Y ahí justo fue cuando compré algo con dólares por primera vez!!! Me compré un Dr. Pepper (todo sea por el postureo).

En el bus hacia el hotel.

En el hotel, después de recoger las identificaciones, nos fuimos cada uno a su habitación, yo con Miguel y Jorge Blanco. Como no me daba dormido, me fui con Richi, Jorgiño y demás y estuve de conversación allí hasta tarde. Al día siguiente por la mañana tuvimos una reunión de tres horas en las que nos recordaban por enésima vez las normas y demás. En mi grupo estaban María, Edu, Claudia y Alexandre. Y aparte un montón de alemanes y asiáticos, además de un búlgaro, una checa y una polaca. Esto parece el principio de un chiste de Chiquito, vamos.

El tour por NYC (que fue después de comer) consistió en ver la capital del mundo occidental en una sola tarde. Es decir, que vimos tanto que no vimos nada. Además nuestro bus al ser el último llegó tarde al Empire y no pudimos subir, pero fuimos al Rockeller Center que resultó mejor.







Aquí os dejo fotos de la tarde.
Después del tour en bus, nos fuimos al puerto cerca del SoHo, y cogimos un barco para ver NYC desde el río Hudson y desde el East river. Y eso fue genial. Ahí ya estuvimos todos juntos, y después de cenar y hacer unas cuantas fotos, nos pusieron música y siguiendo el topicazo español, nos montamos una Rave curiosa allí, y la cubierta se transformó en una improvisada discoteca. En la que solo bailábamos nosotros. Los alemanes se dedicaban a mirar y los asiáticos a grabarnos y a pedir fotos. Fue la leche. Incluso Ana María se marcó un baile con nosotros. Y después de una gran insistencia nos puso el DJ la Gozadera. Pocas veces me lo había pasado tan bien en mi vida, en serio. 








 Después nos fuimos al hotel, donde nos dieron la información de los vuelos. Y yo tuve que estar en el hall a las 4:30. Lo que viene siendo pronto vamos. Mi idea era no dormir ya, por que total quedaba poco tiempo, pero me fue imposible. El sueño pudo conmigo. De los vuelos hay poco que contar, ya que dormí en los dos.

Y lo que yo creía que sería una estresada carrera en el aeropuerto de Chicago para el transbordo, fue un paseo de 100 metros, y dos horas de espera en la puerta de embarque. Dos horas que dieron demasiado tiempo para pensar. En mis padres, en mis abuelos, en mis amigos, en Raquel, la cual ya se dirigía a Michigan... Pero tengo claro que este es mi año, y la morriña no podrá conmigo.

En el aeropuerto de Des Moines me esperaba toda la familia y la coordinadora, y nos sacamos una foto para conmemorar ese momento.

New Family.
P.D: Quedan 305 días para volver, y tengo de todo menos prisa.






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