Capítulo 7- The Group Completed

From Galicia to The States: Hacerse la VISA es como hacerse el DNI 23/05/15

El pasado jueves 21 llegó por fin la visita a la Embajada de los EEUU en Madrid. A las 4 y pico de la mañana, mi padre y yo ya estábamos rumbo Montealto, para recoger a Miguel Cadórniga y más tarde a Raquel

El viaje se hizo rápido y la conversación sirvió para despertarme de la torrija que llevaba encima al haber dormido solo 4 horitas.

En el aeropuerto de SdC ya estaban algunos de los becados, como mi premoh primo Roque, Cernadas y demás. Mi padre, Ra y yo nos tomamos un café (si, he llevado a Ra al mal camino y ahora toma cafeína, ya veis) y Miguel un apetitoso bocadillo de jamón serrano. Lo que a uno le pide el cuerpo a esas horas de la madrugada, vamos.

Cuando llegó Ana María, la coordinadora de la beca, todos empezamos a hacer una especie de "corro de la patata" para hablar de todo un poco (sinceramente, no me acuerdo de mucho porque tenía un sueño que vaya por dios)

Lorena y yo decidimos ir a la caza del becado y buscar a los 6 pobrecitos que no estaban en el grupo de WhatsApp. Entre ellos, descubrí a una niña que también viaja a Iowa al igual que yo, lo cual me hizo mucha ilusión, más que nada, por no ir sólo en el avión desde NYC.

En los asientos me tocó junto a Esteban y Laura, que fueron durmiendo todo el camino, y al lado de Lore, Richi, Rebecca ( la cual AMA hablar) y Jorgiño.  En menos de una hora, ya estábamos en el Aeropuerto Madrid-Barajas-Adolfo Suárez, y Ana María, cual pastora de ovejas nos llevó al bus, donde nos dieron un nutritivo desayuno en bolsitas de plástico del Gadis.

Esteban y Laura dormidicos.

Area me acompañó en el bus, oyendo música de los Arctic Monkeys, y viendo los cárteles del PP, con la cara Esperanza Aguirre, en todas y cada una de las farolas. 

Y por fin llegamos a la embajada. Unos seis pisos de altura, un muro de tropecientosmil metros y dos militares armados con ametralladoras en la puerta. Muy acogedor. Y la bandera de USA XXL (eso que no falte).

Resulta que en la embajada tienen falta de espacio, así que decidieron dejarnos a las 8 de la mañana en la acera de la calle Serrano, sin chaqueta ni nás, a esperar que nos dejasen entrar. A todo esto, Raquel en shorts y sin medias. No digo más.

Yo me esperaba una gran comitiva. Una gran recepción en nuestro honor (iluso de mi), porque eso del Visado es cosa fina filipina, y resulta que viene a ser igual que ir a la comisaría de Lonzas a renovar el DNI (incluyendo en el lote la cara del nada poco participativo funcionario al otro lado de la ventanilla).

Los días anteriores todos especulamos sobre la posibilidad de que nos hiciesen la pregunta de: ¿Tiene usted pensado atentar contra el Presidente de los EEUU? Chicos, es un mito. A mi solamente me preguntaron si había leído el folletito multicolor en el que se recogían mis derechos. Bueno, y me dieron los buenos días también.

Fuera ya del edificio nos hicimos el selfie de rigor, el cual es tradición cada vez que nos vemos.

Despues de que todos saliesen, nos fuimos con Ana María (aka AM) al NH Núñez de Balboa, donde nos dieron pinchitos, los cuales deboramos sin piedad. Hubo un momento en el que el camarero llegó con el carrito con napolitanas, y en 0,5 segundos un  mar de adolescentes lo rodeó por todos sus flancos. Yo creo que va a pedir una baja, porque debió de pasar miedo por su integridad física.

De allí a media hora, cinco exbecados que están cursando sus estudios en Madrid, se acercaron al hotel a contarnos sus experiencias. Todos aportaron mucho y nos contestaron a todas y cada una de las preguntas muy amablemente.

Y justo ahí fue cuando llegó una de las diplomáticas de la embajada. En su discurso nos dió la bienvenida a su país y nos recomendó no frustrarnos si no entendemos algo de lo que hagan "esos locos americanos" (palabras textuales).

A la una ya subimos al bus para volver al aeropuerto. Y de nuevo selfie (por dios mi cara que horror)

De delante a atrás, Area y yo, Miguel C. y Roque, y Lorena y Krizia

Aeropuerto de Madrid-Barajas-Adolfo Suárez

En el aeropuerto nos tocó esperar largo y tendido, y lo más emocionante fue el momento en el que todas las chicas se pararon a gritar en la puerta de Victoria's Secret en el duty free. Impresionante.

Como el tiempo sobraba a esgalla, ¿que mejor que una sesión de fotos con Gema y Miguel? 

Y ya por fin, al rededor de las 3, subimos al avión que nos traía de vuelta a casita con un visado en la mano, un dolor en la cabeza, y un sueño de morirse. El viaje se hizo corto, pero a todos nos inundaba la pena. el día había sido genial y nadie se quería ir a casa. A excepción de Jorge Blanco, que tiene un miedo a los aviones que flipas, y que al aterrizar en SdC lo primero que hizo fue besar las baldosas del suelo del arepuerto de Labacolla.

Con Richi a la vuelta (y la alemana acoplada al fondo)

Y a casa a estudiar historia, que el viernes había examen. Y la vista puesta en el 20 de junio, la próxima reunión, esta vez en la Fundación barrié en A Coruña, y en nuestra futura e hipotética quedada en el aquapark (ya se verá porque...)

PD: quedan 79 días para dejar A Coruña. Estoy deseando irme, pero me gustaría llevar a mi gente en la maleta.